El 20% de la población se considera como PAS y un 30% de ellos son gente extrovertida
La Asociación Alta Sensibilidad (APASE) describe la alta sensibilidad como “un rasgo de la personalidad, no como un trastorno psicológico”. Las personas que se consideran como altamente sensibles (PAS) son aquellas que poseen un sistema nervioso que es más sensible, es decir, procesa más información que los de la media. Además, es de carácter genético por lo que es posible que alguien de su familia también lo sea. Algo importante es no confundirlo con el término hipersensibilidad que alude a la sensibilidad de alguien como rasgo de personalidad, pueden parecerse pero no son lo mismo.
Se considera que entre un 20% y un 30% de la población mundial es altamente sensible, y que ambos sexos pueden serlo. También es indiferente de la introversión o extroversión, un 30% de las PAS son extrovertidas. “No es algo patológico ni se ha encontrado que se deba a ningún mal funcionamiento del sistema nervioso. No obstante, esta manera de responder a determinados estímulos puede repercutir en el bienestar emocional de la persona y por lo tanto en su calidad de vida”, menciona Manuela Pérez-Chacón un artículo del diario ABC.
Las características de estas personas se encuentran en cuatro pilares fundamentales del Modelo D.O.E.S. Estos consisten en el procesamiento de la información de forma más profunda puesto que utilizan mayor parte del cerebro para ello, saturación sensorial al recibir una cantidad mayor de estímulos que procesan por la mayor sensibilidad del sistema neurosensorial, una mayor vivencia de las experiencias emocionales (esto se liga también a grandes niveles de empatía) y gran sensibilidad a las sutilezas y cambios que se producen en su entorno.
La sobresaturación por diferentes estímulos es lo que lleva a muchas personas a plantearse si realmente están bien o si hay algo malo con ellos. Luces, olores y sonidos fuertes pueden causar también reacciones en mujeres y hombres PAS. No es nada malo, tampoco tiene cura alguna. Los psicólogos recalcan lo difícil que es identificarse con este rasgo pues no hay pruebas que se puedan hacer para diagnosticarlo, aunque se pueden realizar algunos test como los de la web de PAS España. También están los estigmas sociales que atribuyen a la gente con este rasgo como el ser demasiado débil o frágil.
“En niños y niñas (NAS) es posible que se confunda con trastornos por déficit de atención e hiperactividad o autismo”, señalaba para El País la psicóloga infantojuvenil Manuela Pérez. Para aquellos padres y madres que se pregunten qué pueden hacer por sus hijos en esta situación la respuesta es fácil, intentar entender lo que les dicen y proporcionales herramientas para un mejor control emocional que les permita conocerse mejor y disfrutarlo.
Para estos individuos es importante informarse y documentarse. Buscar sus momentos de paz y establecer comunicaciones asertivas con gente que desee entenderles para cuidarse emocionalmente.
La psicóloga Anna Romeu, en unas declaraciones para la BBC, afirmó que una activación emocional y sensorial muy intensa por demasiado tiempo puede tener reacciones fisiológicas adversas si no se hace algo al respecto, por eso es importante conocer su situación y actuar en consecuencia. Entre las consecuencias de la mala gestión de la alta sensibilidad se pueden dar la depresión, ansiedad, estrés y baja autoestima.
No todo es malo, estás personas tienen una gran capacidad empática tanto con humanos como animales. También son personas muy creativas y artísticas. Sienten un gran disfrute por pequeñas cosas que les rodean como aquellas que se pueden encontrar en la naturaleza.