
Mónica Blasco | Psicóloga infantojuvenil y de adultos y directora del Centro Sia
Llega un momento de la vida en el que los adolescentes tienen que dar un salto hacia la vida adulta. Para algunas personas es fácil hacerlo porque se han estado preparando para ello. Sin embargo, a otras les cuesta más y sienten respeto ante un cambio tan grande. Hablamos con Mónica Blasco, psicóloga infantojuvenil y de adultos y directora del Centro Sia, sobre ese miedo
Para situarnos en un rango, ¿a qué edad suele surgir este miedo?
Ningún adolescente se suele quejar de la vida adulta, son más los universitarios que pertenecen a la Generación Z. Porque los adolescentes son más del aquí y el ahora, las consecuencias las suelen pensar cuando están en bachillerato o en la carrera, como mucho piensan en uno o dos años vista. Es entonces cuando tienen ansiedad anticipatoria, los miedos irracionales, etc. aunque tampoco está tan mal que nos preocupemos sobre esas cosas siendo adolescentes.
Algunas familias tienden a darle todo hecho a sus hijos, ¿crees que esa sensación de tranquilidad y dependencia puede acrecentar ese miedo porque piensan que no son capaces de llevar una casa?
Esa es una de las consecuencias. Yo veo a nivel de pautas en los padres que sí que hay familias que se lo hacen todo; pero luego hay otras familias que tienen el tema de la autonomía bien asentado. Entre la gente que no lo hace está claro que una de las consecuencias negativas que puede tener es que no se aumente la autoestima. Porque luego si en un futuro no saben hacerse la cama, prepararse la mochila o elegir la ropa, eso genera que cuando llegan a la adolescencia muchas familias les dan responsabilidades porque se hacen mayores, pero si no les han enseñado y se las meten todas de golpe no les dan beneficios. Esto puede producir que no haya un progreso, ya que lo mejor es ir de menos a más y no pasar de cero a cien. Todo esto les crea una baja autoestima porque no se ven capaces, lo que puede terminar en ansiedad.
Has comentado que otras personas sí que son capaces de desenvolverse en el hogar, pero utilizan a los padres de excusa para no vivir solos, ¿se podría decir que está relacionado con la soledad?
Creo que como a nivel social y a nivel de cómo está la sociedad montada, el tema económico, el tema de los pisos… Es raro ver a alguien que haya pasado de vivir con sus padres a vivir solo, que puede darse el caso. Pero lo normal es compartir piso en la universidad porque no tienen dinero. Sí que es verdad que se pueden encontrar fuera del
núcleo familiar, pero solos no se encuentran. No conozco a ningún universitario que haya pasado de vivir en casa de sus padres a vivir solo por el tema del dinero. También es verdad que se acompañan de otros compañeros, esa sensación que tú dices estaría justificada y se reduce de esa manera. La gente que viene a terapia tiene problemas y a veces los tiene con su familia, entonces lo que tengo es lo contrario. La gente tiene muchas ganas de irse a estudiar fuera y salir de su casa. De hecho, lo que he visto también es gente con baja autoestima que se va fuera de casa y mejora un montón. Se libera emocionalmente.
Hemos hablado de las personas que comparten piso. Mientras cursan sus estudios superiores es habitual, ¿pero les puede crear frustración el no conseguir un espacio propio cuando los terminan?
Claro, y hacerles volver a casa de sus padres después de salir de ella. Claro que frustra no poder vivir solo y por eso la gente que tiene pareja lo consigue antes. Se va en pareja y ya son dos sueldos para costear el piso. Es verdad que el tema económico también influye. Pensando en la Generación Z, viendo lo mal que lo han pasado a nivel de frustración laboral, puede que hayas conseguido tu trabajo porque a lo mejor has tenido buena suerte, pero hay algunos que después de la universidad tienen cero trabajo. Entonces es volver a casa de tus padres porque no tienes nada de dinero, otra vez a las rutinas, a las normas. Es como, he sido libre, he sido adulta y ahora vuelvo a ser hija en casa de mis padres.
En cuanto al ámbito laboral, en muchos trabajos piden unos años de experiencia que las personas que acaban de terminar sus estudios no tienen, entonces se quedan sin saber qué hacer.
Eso me parece flipante. Las empresas creo que no aprenden porque pasan los años y se sigue pidiendo. Entonces, yo sigo sin entenderlo porque la experiencia… es algo que yo no comparto. A nivel profesional de psicología no lo entiendo y genera frustración, sensación de impotencia y de nihilismo, de decir es que no puedo hacer nada. Lo que importa es la productividad, la empatía, la capacidad de pensar en el equipo. Eso va con la personalidad y da igual que tengas 20 años, que 30, 40 o 50. Yo entiendo que las empresas quieren un buen funcionamiento, pero a veces siento que quieren productos y no quieren personas, cuando realmente lo que hace que una empresa funcione es un conjunto de personas que hacen que haya producto. Pero si esas personas se llevan mal, hay problemas de equipo y no se trabaja, el producto no lo van a sacar en la vida.
¿Piensas que hay algún otro factor que provoque este miedo?
Yo sí que noto que hay un miedo que antes no había tanto, entonces no llego a entender por qué claramente. A nivel emocional, por ejemplo, ahora muchos padres escuchan más a sus hijos. Intento pensar por qué y lo que se me ocurre puede ser que hay más negatividad, que hay más nihilismo. Sé que hay cosas que van mal en la vida, pero creo que nos estamos enfocando en lo horrible y en lo malo, pero hay que fluir. Me parece genial que se denuncien las cosas porque gracias a eso hay avances, se nos hace más caso y hay más concienciación de los derechos humanos. Es muy importante que si yo pongo una queja podamos pensar en una solución realista. Tenemos una visión nihilista de la sociedad y entiendo que se hagan muchos comentarios porque un gran porcentaje es malo, porque tenemos que ver también lo bueno.
¿Al centro suelen ir muchas personas para hablar sobre este tema o no es un tema del que se hable mucho?
La verdad es que no. Es más al contrario, hay gente que no puede salir de casa entonces se refugia en parejas. Luego hay gente que sí está fuera viviendo pero tiene ansiedad, tiene sintomatología depresiva. No vienen diciendo que tienen miedo a la vida adulta, pero sí que es posible que la sintomatología que sientan es por las responsabilidades. Quizá sintomatología ansiosa por cuenta propia de la vida joven-adulta. Problemas en la universidad, ansiedad por problemas tóxicos, también a nivel de amistades y social.
Y estas cosas es muy importante tratarlas también, porque hay que prestarle atención a esas emociones que siente la gente, ¿no?
Claro, porque hay mucha gente que se infravalora y dice no, es que a lo mejor es una tontería. Pero no es una tontería, quién define si un problema es importante o no. Hay gente que lo define por la consecuencia que va a llevar, pero tú a lo mejor puedes tener una dificultad o un problema en la vida que tiene solución y hasta que pongas la solución te estás generando una emoción muy intensa. Entonces, eso también es un problema grande, la emoción intensa que te está suponiendo esta situación, tanto si tiene solución como si no.